Esta patología es muy alarmante para los padres, pues al ver que su bebé tiene aplanada la cabecita piensan que va a sufrir daños cerebrales. Entre los 3 y 6 meses si sospechas que puede tenerla llévale a su pedíatra para que le ponga solución.
Los huesos del cráneo del bebé son muy moldeables. Por eso, si mantenemos al pequeño en la misma posición durante muchas horas, varios días seguidos, puede terminar sufriendo una deformidad cefálica.
Para comprobar si tu hijo tiene plagiocefalia obsérvale desde la coronilla, desde la parte superior de la cabeza: tal vez tenga una zona más aplanada que la otra. Y otro síntoma evidente es que se gire siempre más hacia el lado del aplanamiento que hacia el que no está afectado.
EL TRATAMIENTO
Si sospechas que tu bebé tiene plagiocefalia, llévale al pediatra y si te confirma el diagnóstico, además de seguir sus consejos practica éstos:
Ya sabes que para dormir debes tumbarle boca arriba (o de lado), para reducir el riesgo de muerte súbita, pero acuérdate de echarle la carita unas veces hacia la derecha y otras hacia la izquierda. Y si le pones de lado, alterna los costados.
Acuéstale cada noche en un extremo de la cuna: primero con la cabecita en el cabecero, al día siguiente con ella en el piecero... Haz lo mismo al vestirle en el cambiador.
Reparte sus juguetes por toda la cuna, para que vaya moviendo su cabeza en diferentes direcciones.
Provócale para que se dé la vuelta y mire hacia el lado que te interesa.
También puedes comprarle el cojín Mimos, que está diseñado específicamente para corregir su problema (www.infocefalia.com).
Si después de un mes de tratamiento postural tu hijo no mejora nada, deberás volver al pediatra para que le derive a un osteópata infantil.
Éste le realizará palpaciones y presiones indoloras en puntos determinados del cráneo, así como ciertos ejercicios que también te enseñará a ti, para que los repitas en casa.
Todo ello ayudará a corregir su alteración en menos tiempo del que imaginas.
EN OCASIONES ES NECESARIO UN CASCO CORRECTOR
No es lo habitual, pero a veces, cuando el bebé tiene una plagiocefalia acusada, no surten efecto ni el tratamiento postural ni el realizado por el osteópata. En estos casos no hay más remedio que acudir a un traumatólogo infantil. Éste prescribe al niño un casco ortopédico corrector, que adaptado a su cabecita se la va moldeando hasta que se le desarrolla y le crece por todas partes igual; es decir, hasta que se la deja “redondita”.
La edad mínima para colocarlo son los 4 meses y el pequeño tiene que llevarlo 23 horas al día, durante un máximo de 5 meses. La ventaja es que no resulta molesto en absoluto y el niño puede hacer su vida con total normalidad, aunque sí es cierto que da calor. Afortunadamente, su efectividad es del 99%.
¡QUÉ CURIOSO!
Desde que los pediatras descubrieron que hay que acostar a los bebés boca arriba para reducir el riesgo de muerte súbita, los casos de plagiocefalia se han disparado.
Esta alteración puede producirse porque el bebé tiene tortícolis muscular o por la utilización de fórceps o de ventosa en el momento del parto.
Es dos veces más frecuente en los niños que en las niñas.
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