No es extraño que las personas que padecen de manera habitual insomnio vean su estado de ánimo alterado, un bajón en su rendimiento diario y cierta dificultad a la hora de concentrarse. El cerebro se ve afectado por la falta de sueño repercutiendo de forma directa en nuestro organismo ya sea manifestándose a través de nuestro estado emocional, como también dejando huella en nuestra capacidad física a la hora de afrontar los quehaceres diarios. ¿Por qué nos afecta la falta de sueño? ¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando padecemos insomnio?
Si bien las razones que alteran el buen dormir de una persona pueden ser variadas, desde malos hábitos de sueño (horarios irregulares, etc.) como también cuestiones médicas y que también hay diferentes tipos de insomnio ( insomnio crónico o insomnio ocasional o temporal, etc.), las consecuencias suelen ser compartidas entre todos los insomnes.
Las personas que sufren de insomnio o dificultades a la hora de conciliar el sueño, tienen mayor actividad y neuroplasticidad a nivel de la corteza motriz, la encargada de controlar los movimientos de nuestro cuerpo. Las personas con problemas de sueño podrían tener esta zona del cerebro en actividad obstaculizando el buen dormir, una especie de interruptor cerebral que está 24 horas encendido. Este tipo de cerebros mantienen activas las regiones donde se producen los pensamientos vagos, mientras que los cerebros descansados son capaces de desactivar las tareas relacionadas con la memoria y la atención.
La falta de sueño tiene consecuencias directas sobre tu cerebro y capacidad de afrontar el día a día como déficit de atención, alteraciones en el humor, falta de rendimiento, fatiga, entre otras limitaciones. Según un estudio publicado por la revista científica Sleep, alrededor de un 10-15% de las personas adultas padecen un deterioro del día por causa de los trastornos del sueño e insomnio.
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